Cuando hablamos de bienestar laboral no siempre está claro el rol que juegan las empresas y donde esta la línea entre lo que puede hacer la empresa y el rol del colaborador a nivel individual. Lo que sí sabemos es que existe una gran área de oportunidad para las organizaciones si logran abordar la interconexión entre el trabajo y la salud.
Todos conocemos los beneficios: cuando se promueve un ambiente de bienestar, los colaboradores prosperan, el negocio prospera y las sociedades en las que operan prosperan.
En este artículo, nos vamos a enfocar en seis factores de salud que las empresas pueden influenciar y atacar a través de distintas iniciativas.
¿Qué dice la investigación?
Considerando que la persona promedio pasa un tercio de su vida trabajando (más de 90,000 horas a lo largo de su vida), el lugar de trabajo puede ser una pieza crítica del rompecabezas para lograr la meta de mejorar la salud global.
Aunque hay más de 20 factores distintos que impactan de forma directa o indirecta en nuestra salud, se han identificado algunos puntos clave en los que se pueden enfocar las organizaciones.
Una investigación reciente de McKinsey, identifica 6 factores principales: interacción social, sentido de pertenencia, actividades recreativas, estrés, seguridad económica y sueño.
¿Qué pueden hacer las organizaciones para mejorar la salud de los colaboradores a través de los seis factores principales?
Interacción social:
Las relaciones humanas, en especial las que se experimentan dentro del ámbito laboral, influyen fuertemente en la salud y en la productividad. Sentirse conectado en el trabajo está asociado con una mayor innovación, compromiso y calidad del trabajo, y puede ser especialmente impactante para aquellos con redes sociales más pequeñas fuera de sus trabajos.
El comportamiento tóxico es un factor crítico a combatir. Ideas de intervenciones para contrarrestar el comportamiento tóxico incluyen establecer una política de cero tolerancia a la violencia laboral y crear procesos de retroalimentación anónimos a través de los cuales los colaboradores puedan reportarlo, lo que también normaliza una cultura de proporcionar retroalimentación concreta y específica a los colegas.
Sentido de pertenencia:
Por naturaleza, los seres humanos queremos pertenecer. Queremos sentirnos parte de algo más grande que nosotros mismos. Las empresas pueden fomentar el sentido de propósito y pertenencia involucrando a los colaboradores a través de historias y narrativas alineadas a los valores organizacionales para fomentar una conexión con la misión de la empresa.
Las empresas orientadas a un propósito que sobresalen en esto crecen el doble de rápido que sus competidores y logran aumentos en la satisfacción de los empleados, la retención y la confianza interna.
Actividades recreativas:
Otro factor importante es explorar actividades que expandan nuestra mente y nos permitan salirnos de la caja en la que normalmente nos encontramos. Estas pueden ser actividades relacionadas y no relacionadas con el trabajo como voluntariado, cuidado de seres queridos, hobbies, actividad física y eventos culturales.
Con esto en mente, existe una gran oportunidad para las organizaciones de involucrar a sus colaboradores con las comunidades que impactan y promover actividades significativas y productivas que apoyen su salud y bienestar a largo plazo.
Las actividades de ocio también están asociadas con una mejoría en las medidas psicosociales (relacionado a la NOM 035) y físicas que apoyan una buena salud y bienestar, incluyendo una mayor satisfacción con la vida, menor depresión, mejoría en presión arterial, cortisol y mejor función física.
Estrés:
Nos encontramos ante una crisis de salud mental y el estrés se encuentra dentro de los primeros lugares del problema.
Gran parte del estrés se relaciona a una alta demanda laboral o una falta de capacidades para realizar el trabajo. Las empresas que se enfocan en brindar mayores herramientas a sus equipos de trabajo y una mayor flexibilidad en el manejo de tareas pueden atacar al problemática del estrés de una forma más integral.
Por otro lado, algunas organizaciones que tienen patrones estacionales o cíclicos en la demanda de trabajo se pueden centrar en brindar un “tiempo de recuperación” para que los empleados puedan recuperar su energía después de períodos de alta demanda.
Seguridad económica:
Aunque el dinero no compra la felicidad, si brinda una sensación de seguridad y bienestar para las personas.
La oportunidad económica y la seguridad económica pueden influir en muchos aspectos de la salud y la productividad. Los colaboradores que tienen dificultades financieras tienen más probabilidades que otros de experimentar signos de mala salud mental que podrían afectar su capacidad para funcionar en el trabajo.
Una gran área de oportunidad es brindar asesoría y capacitación de finanzas personales a los colaboradores para que puedan manejar su presupuesto de una mejor forma y así ayudarlos a lograr una mayor estabilidad financiera.
Sueño:
Conocemos la relación que hay entre el sueño y la productividad. Lo difícil es encontrar la forma de apoyar a los colaboradores en lograr cumplir con una buena calidad del mismo.
Un estudio realizado por McKinsey encontró que uno de los principales contribuyentes al número promedio de horas de sueño de un colaborador es el volumen de trabajo que tienen. Esto puede sugerir que los programas para empleados que buscan mejorar la adaptabilidad y la organización del tiempo pueden a su vez impactar de forma positiva en las horas de sueño de las personas.
Otras iniciativas incluyen crear áreas de trabajo con luz natural y acceso a alimentos saludables, limitar o desactivar el trabajo después de ciertas horas y crear incentivos los líderes que modelan la priorización del sueño sobre el trabajo.
El caso empresarial
El caso empresarial para invertir en el bienestar de los colaboradores lo hemos escuchado constantemente. Se estima que la oportunidad global total para optimizar la salud y el bienestar laboral es de $3.7 billones a $11.7 billones, lo que equivale a aumentar el PIB global en un 4 a 12 por ciento.
Además de contribuir al aumento de la productividad en el trabajo, invertir en la salud y el bienestar laboral ofrece una oportunidad positiva para atraer y retener talento.
El lugar de trabajo puede y tiene un impacto profundo en la salud, tanto positivo como negativo. Adaptar cómo y dónde trabajan las personas para apoyar una salud óptima podría resultar en miles de millones de colaboradores y sus familias en todo el mundo viviendo vidas más largas y de mayor calidad, beneficiando simultáneamente a las organizaciones y las sociedades en las que viven.
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