“Las emociones, el termómetro de mis actividades diarias…”
Las emociones juegan un papel crucial en la forma en que interactuamos con los demás y nos relacionamos con nuestra comunidad. Aquí hay algunas formas en que tus emociones pueden ayudarte a pertenecer de manera saludable:
1. Empatía: Las emociones te permiten ponerte en el lugar de los demás, entender cómo se sienten y responder de manera compasiva. Esto fortalece tus conexiones con los miembros de tu comunidad y fomenta un sentido de solidaridad. La empatía en mi opinión personal y desde la perspectiva del coaching no es “ponerte en los zapatos del otro”, sino, es, poder encontrarte con el sentir del otro desde un punto de respeto y compasión, ya que se requiere madurez emocional para hacer silencio poderoso y escucha activa y evitar las frases cliché como, -te entiendo, -comprendo por lo que estás pasando, -me pongo en tus zapatos y yo hiciera X o Y cosa, -te aconsejo que…; cuidado, eso no es empatía, eso es invadir en un espacio emocional del otro, donde claramente no hay conocimiento sobre su sentir y pensar, por ello debemos dar un resignificado a lo que se necesita practicar para ser una persona con empatía.
2. Comunicación: Expresar tus emociones de manera efectiva es fundamental para la comunicación interpersonal. Al compartir tus sentimientos de manera honesta y respetuosa, fomentas una atmósfera de confianza y apertura en tu comunidad. Buscamos descargar una serie de palabras verbales al otro y esperar que haya total comprensión de ellas, la comunicación atiende 3 grandes rasgos:
1. Comunicación verbal, donde sí, vamos a hablar en voz alta, pero las palabras deben de llevar claridad, pasión y honestidad para que sean coherentes, lo que piensas, lo que actúas, te lleva a lo que dices.
2. Comunicación No Verbal, claramente entendemos por todo aquello que no decimos con las palabras, pero que escribimos y enviamos en ocasiones sin un filtro amoroso de lo que el otro pueda percibir como significado de esas palabras, trabajar en la escritura y ampliar nuestro vocabulario, es una excelente practica para hacernos mejores emisores.
3. Y para mí de las más interesantes, ya que suman alrededor del 50% de lo que no decimos ni verbal ni por escrito, la comunicación paraverbal y suma todas nuestras acciones, gestos, corporalidad, postura con la que nos comunicamos con el otro, trabajar en los 3 pilares de la comunicación me ayudará a relacionarme con los demás de forma más efectiva y astuta.
3. Resolución de conflictos: Las emociones pueden ser señales importantes durante los conflictos. Al estar consciente de tus propias emociones y las de los demás, puedes abordar los problemas de manera constructiva y buscar soluciones que beneficien a todos.
4. Cohesión grupal: Las emociones compartidas pueden unir a las personas y fortalecer los lazos dentro de una comunidad. Celebrar juntos los éxitos, consolarse en momentos difíciles y compartir experiencias emocionales crea un sentido de identidad y pertenencia compartida.
5. Motivación: Tus emociones pueden impulsarte a contribuir de manera positiva a tu comunidad. Sentimientos como la gratitud, la inspiración y el amor pueden ser poderosas fuerzas motivadoras para participar en actividades que beneficien a los demás y fortalezcan los lazos comunitarios.
En resumen, ser consciente de tus emociones y saber cómo manejarlas de manera saludable puede mejorar tu capacidad para pertenecer de manera positiva y significativa en tu comunidad.
Y entonces, ¿qué son las emociones?...
Las emociones son componentes fundamentales de la experiencia humana, influyendo en todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo nuestras interacciones sociales y nuestro sentido de pertenencia en la comunidad.
La teoría de Robert Plutchik está constituida por emociones fundamentales, las cuales casi nunca se presentan solas, sino que se expresan en diferentes grados de intensidad, propone que hay ocho emociones primarias que sirven como bloques constructores para una variedad de sentimientos más complejos. Estas emociones primarias son:
1. Alegría: Sentimiento de felicidad, satisfacción y bienestar.
2. Tristeza: Emoción asociada con la pérdida, la pena y la aflicción.
3. Miedo: Sensación de peligro, amenaza o vulnerabilidad.
4. Ira: Estado emocional relacionado con la frustración, la hostilidad y la irritabilidad.
5. Confianza: Sensación de seguridad, tranquilidad y certeza.
6. Asco: Sentimiento de repulsión o aversión hacia algo o alguien.
7. Sorpresa: Emoción que surge ante lo inesperado o lo desconocido.
8. Anticipación: Sensación de expectativa o preparación ante eventos futuros.
Estas ocho forman parte de un modelo más amplio que Plutchik desarrolló para comprender la complejidad de las emociones humanas y cómo se interrelacionan entre sí. Según su teoría, estas emociones pueden combinarse y dar lugar a otras emociones secundarias y terciarias, lo que refleja la amplia gama de experiencias emocionales que experimentamos como seres humanos.
Veo estas emociones y parece que estoy hablándome como si fuera una niña pequeña, como si no las conociera y pudiera entender que en ocasiones las siento todas en un solo día o al mismo tiempo.
¿Cuántas veces no nos ha pasado eso?, ¿que estoy feliz, pero quiero llorar, que me siento sorprendida, pero me digo que ya sabía que eso pasaría?, le entrego mi confianza a alguien o a algo, ¿pero sigo con miedo?, ¿verdad que nos ha pasado?
Las emociones son el termómetro de mi vida, cada emoción me genera un pensamiento y viceversa, y esa situación me lleva a tener ideas y tomar acciones sobre esas ideas, por eso yo me cuestiono; ¿Da lo mismo pensar bien que pensar mal?
¡Yo voy creando el escenario perfecto para sentir! Entendamos que es un trabajo de practicar todos los días, pero si voy conociendo las emociones que me constituyen, puedo darle paso a relacionarme mejor con ellas, entenderlas y atenderlas, poder cuestionar mis emociones y utilizarlas a mi favor, emocionarme es como respirar, no lo puedo evitar, lo que si puedo evitar es arder en emociones que no me ayudan a crecer ni a ser mi mejor versión.
Podemos observar y aprender que la emoción de enojo no es la única que puedo sentir cuando no me salen las cosas como yo planee o esperaba, o que la emoción de tristeza siempre irá acompañada de fracaso o desilusión, hay emociones secundarias y terciarias dentro de estas emociones que me llevan a proponerme un sentimiento más grande que yo, con más propuesta y me ayudan a elevar mi estado de consciencia.
El enojo me puede invitar a una emoción de justicia, de proactividad o la tristeza me ayuda a encontrar en el arrepentimiento, aprendizaje sobre un error que ya no quiero volver a cometer.
Todas las emociones son buenas, todas las emociones vibran en nuestro cuerpo y nos energizan, podemos construirnos a través del conocimiento de dichas emociones y crear una versión de nosotros mismos, en equilibrio y bienestar, que el sentir no nos haga daño sino que nos haga un bien, ningún cuerpo sano puede estar con la temperatura elevada todo el tiempo por arriba de los 39-40 grados centígrados, ni tampoco puede estar por debajo de la temperatura ideal de los 37, son muy pocos grados los que el cuerpo puede salirse de rango para estar en balance, igual pasa con las emociones, puedes tenerlas, saborearlas, vivirlas y explotar en ellas, pero el sano balance debe ser volver a un estado de animo que funcione para tu diario vivir.
Por eso propongo que somos y pertenecemos a algo más grande que nosotros mismos, nos debemos al exterior para sentir, pero en el interior y en completa responsabilidad vamos a encontrar la decisión de que cada cosa que sucede al exterior somos los únicos que podemos controlar como nos sentimos ante esa situación, acto o persona en el interior.
En última instancia, todas estas emociones, cuando se manejan de manera saludable, pueden fortalecer nuestras relaciones comunitarias y enriquecer nuestra experiencia de pertenencia en la comunidad. La clave está en ser conscientes de nuestras emociones, comprender cómo afectan nuestras interacciones con los demás y cultivar relaciones basadas en el respeto, la empatía y el apoyo mutuo.
¡Yo soy el único responsable de mis emociones!
Aquí algunas estrategias que pueden ayudarte a manejar tus emociones de manera más efectiva:
Identifica tus emociones: Antes de poder controlar tus emociones, es importante reconocer qué estás sintiendo. Presta atención a tus pensamientos, sensaciones físicas y comportamientos para identificar las emociones que estás experimentando en un momento dado.
Practica la conciencia plena: La práctica de la atención plena o mindfulness puede ayudarte a observar tus emociones sin juzgarlas ni reaccionar impulsivamente. Tomar un momento para respirar profundamente y enfocarte en el momento presente puede ayudarte a mantener la calma y afrontar las situaciones emocionales con mayor claridad.
Desarrolla habilidades de regulación emocional: Aprende estrategias para manejar tus emociones de manera saludable, como la respiración profunda, el ejercicio físico, la meditación, la escritura o el hablar con alguien de confianza. Encuentra lo que funciona mejor para ti y practica regularmente.
Cambia tus pensamientos: Nuestras emociones están estrechamente vinculadas a nuestros pensamientos. Trata de identificar y desafiar los pensamientos negativos o distorsionados que puedan estar exacerbando tus emociones. Practica la reestructuración cognitiva, que implica cambiar patrones de pensamiento negativos por otros más realistas y positivos. Cuestiona tus pensamientos, te propongo las 4 preguntas del trabajo de Byron Katie. https://thework.com/sites/espanol/el-trabajo/
Cuida tu bienestar general: Factores como la alimentación saludable, el ejercicio regular, el sueño adecuado y la gestión del estrés pueden influir en tu capacidad para regular tus emociones. Asegúrate de cuidar tu bienestar general para estar en el mejor estado posible para manejar tus emociones.
Busca apoyo: Hablar sobre tus emociones con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede proporcionarte una perspectiva externa, apoyo emocional y estrategias adicionales para manejar tus emociones de manera efectiva.
Recuerda que controlar las emociones no significa suprimirlas o negarlas, sino aprender a reconocerlas, comprenderlas y responder a ellas de manera constructiva y saludable. Es un proceso gradual que requiere práctica y paciencia, pero con el tiempo, puedes desarrollar habilidades sólidas para gestionar tus emociones de manera más efectiva.
Aprender a navegar por el rico paisaje emocional de la vida es un arte que requiere paciencia, autenticidad y compasión. Nos invita a abrazar nuestras emociones con aceptación y curiosidad, a reconocer su poder transformador y a honrar su papel en nuestra existencia compartida, las emociones nos conectan con lo más profundo de nuestra humanidad, recordándonos que somos seres interdependientes, tejidos en la red de la vida, en las emociones encontramos la fuerza para amar, el coraje para enfrentar desafíos y la sabiduría para descubrir la belleza en la complejidad de nuestra experiencia compartida, son nuestras compañeras más fieles, revelando la profundidad de nuestro ser y otorgando significado a nuestras relaciones humanas. Nos guían a través de un mar de experiencias, desde la fabulosa alegría hasta las profundidades de la tristeza, desde los desafíos del miedo hasta la energía de la ira. Son reflejos de nuestro mundo interior, un eco de nuestras experiencias pasadas y una brújula que puede servir para nuestro futuro.
Somos uno con el otro y con el mundo.
¿Como te sientes?, ¿Te tomo la temperatura?