top of page

Crecimiento o Comodidad: No puedes tener ambos.

Por Alejandra Pedraza


 


Todos hemos escuchado la frase "Tu vida empieza donde termina tu zona de confort", pero ¿qué significa esto? Vivimos en un mundo donde buscamos la comodidad en todo momento. Evitamos lo incómodo—físico, emocional o mentalmente—sin darnos cuenta de que, al hacerlo, nos estamos perdiendo. Nos resistimos al esfuerzo y al cambio, cuando en realidad ahí es donde ocurre nuestro crecimiento.


Intentamos evitar el dolor a pesar de que es algo inevitable, a quedarnos en lo seguro aunque no nos haga felices. Decimos que queremos ser más disciplinados, pero seguimos con los mismos hábitos. Prometemos cambiar, pero terminamos en la misma rutina. Nos motivamos con frases bonitas, pero no tomamos acción. ¿Por qué nos da tanto miedo la incomodidad? ¿Por qué preferimos evitar la verdad en lugar de enfrentarla?


Cada vez que decimos "el lunes empiezo" y no lo hacemos, le restamos fuerza a nuestra palabra. Poco a poco nos acostumbramos a no cumplir lo que decimos, y aunque parezcan mentiras inofensivas, nos debilitamos.


El verdadero cambio ocurre cuando dejamos de huir y aprendemos a sostener la incomodidad. Sentirnos incómodos no es el problema; es evitarlo lo que nos mantiene estancados. La comodidad prolongada nos da una falsa sensación de estabilidad, pero en el fondo nos atrapa en una vida que no nos llena.


Piénsalo en términos de relaciones. ¿Cuántas veces alguien dice que todo está bien en su relación, solo para terminarla poco después? Y al cortar, de repente ven todas las señales que ignoraron, todas las conversaciones que evitaron por miedo a terminar. Si hubieran enfrentado la verdad antes y tener esa conversación difícil, quizás la relación habría cambiado o terminado de manera más sana, y no habrían desperdiciado tiempo en algo que ya no funcionaba, ni hubieran despercidiado la oportunidad de crecimiento que se les presentaba. Lo mismo pasa con nuestras amistades, trabajos y hasta con nosotros mismos. Posponer lo inevitable no lo hace desaparecer.


Cuando abrazamos la incomodidad en lugar de huir de ella, algo increíble sucede: nos fortalecemos. Nuestras relaciones se vuelven más auténticas, nuestra salud mejora, y empezamos a atraer lo que realmente queremos. En cambio, cuando evitamos lo que nos desafía, seguimos repitiendo los mismos ciclos, atrayendo mas de lo mismo.


Evolucionar y crecer es parte de la vida. Cada etapa nos pide una nueva versión de nosotros mismos, más fuerte, más consciente, más alineada con lo que queremos. Nadie puede hacer este trabajo por ti. Si te entregas al cambio y enfrentas lo incómodo con valentía, la vida te sorprenderá de maneras que nunca imaginaste. Crecer no es opcional; es el camino hacia la vida que realmente deseas.


Así que hoy te invito a reflexionar: ¿qué has estado evitando por miedo a la incomodidad? ¿Cuántas veces has pospuesto algo importante solo por no querer salir de tu zona de confort? La verdadera libertad empieza cuando aceptamos lo incómodo como parte del proceso, cuando nos atrevemos a enfrentar nuestros miedos y tomamos acción a pesar de ellos. La incomodidad no es el enemigo; es la puerta de entrada a la autenticidad y la plenitud.


 
 
 

コメント


bottom of page